LO QUE PUEDE ENVENENAR

Los productos de limpieza en el hogar

Las embarazadas, las mujeres que planean tener hijos, los niños y las personas asmáticas, son especialmente delicados frente a los productos químicos. ¡Y no hay que olvidar que todos los productos de limpieza lo son! ¿Qué podemos hacer?

• Usar para la limpieza ingredientes tradicionales y no tóxicos, simples y baratos. Dejar toda la noche un platito con vinagre adentro del horno apagado “aflojará” la grasa facilitando la limpieza. Con un trapo humedecido en agua con Bicarbonato de Sodio se limpia muy bien el interior de la heladera, lugar delicado porque allí se guardan alimentos.

• Usar menos productos: un limpiador “multiuso” puede servir para distintos lugares de la casa.

• Antes de usar el producto, leer muy bien la etiqueta y seguir las normas de uso y protección que se indican allí.

• Controlar la fecha de vencimiento en los envases.

• Comprar las marcas que aclaren los ingredientes en la etiqueta. (En caso  de intoxicación, llévele el envase al doctor: ¡Necesitará conocerlos!)

• Nunca mezclar productos (como lavandina y detergente, o lavandina y amoníaco). La combinaciones pueden desprender vapores venenosos.

Sustancias tóxicas

En casa, en el jardín y en el campo se guardan, usan y tiran elementos que, si nos descuidamos, pueden dañar la salud del cuerpo o el ambiente. Los insecticidas, plaguicidas o matayuyos pueden darnos una sorpresa desagradable. Para evitarlo tomamos estas sencillas precauciones:

• Los guardamos siempre donde no los alcancen los chicos.

• Evitamos en lo posible los que se aplican en aerosol.

• Los mantenemos siempre en su envase original. Si usamos otro, no olvidemos ponerle una etiqueta visible que diga lo que contiene.

• La persona que trabaja con agroquímicos o venenos (por ejemplo, si recolecta residuos o cuida una huerta) debe sacarse toda la ropa de trabajo antes de entrar a la casa. Además, debe higienizarse (lavándose las manos con agua y jabón o, si es posible, dándose un baño) antes de tocar a personas o cosas. Es muy importante que la ropa de trabajo de esta persona sea lavada en forma separada de la del resto de la familia.

Mucho cuidado con:

El plomo es un metal que puede estar en el agua, el suelo y, a veces, en el aire. Llega desde lugares donde hay o hubo antes ciertas industrias (como fábricas de baterías, pinturas, cables, plásticos o cerámicas). también llega desde donde se reciclan estos materiales o donde se tiran sus residuos.

Antes se usaba para hacer caños de agua, pinturas y juguetes. AHORA NO ESTÁ PERMITIDO. Sin embargo, pueden quedar cosas de antes que todavía tengan plomo.

El plomo también llega a los alimentos, objetos y juguetes a través del polvo o la tierra contaminada. Puede entrar al cuerpo al tomar agua que pasó por caños de ese material, al respirar aire con partículas de plomo y a través de la placenta en las embarazadas. » El plomo es muy tóxico. Una exposición aislada rara vez intoxica pero, si se repite, puede ser grave y dañar el sistema nervioso, los riñones, el aparato reproductor y el aparato circulatorio.

La exposición al plomo es un problema de salud muy común en los niños pequeños (sobre todo los menores de 3 años) porque se llevan todo a la boca y a veces comen tierra o pedacitos de pintura vieja. Si un niño se envenena con plomo puede tener problemas de conducta, de crecimiento y de aprendizaje.  Si una mujer embarazada absorbe plomo en su cuerpo, esto puede afectar al feto.

¿Cómo evitamos que el plomo llegue a nuestro cuerpo?

• Usamos un trapo húmedo para sacar el polvo del hogar.

• Nos lavamos seguido las manos y la cara, especialmente antes de comer.

• Lavamos las frutas y verduras antes de consumirlas.

• Lavamos con agua y jabón los juguetes y chupetes que estuvieron en el suelo.

• No dejamos que los chicos se lleven tierra a la boca.

• Si alguien de la casa trabaja en una industria que usa plomo, tomamos con su ropa las mismas precauciones que quienes trabajan con plaguicidas (ver recuadro “Sustancias tóxicas” en la página 10).

• Evitamos guardar baterías de auto usadas dentro o cerca de la casa.

• En los terrenos cercanos a la casa evitamos hacer tareas de reciclado (clasificación de residuos, quema de cables, etc.) Si tenemos dudas sobre si las cañerías de la casa pueden ser de plomo, nos conviene:

• Abrir la canilla de agua fría y hacerla correr durante 1 minuto antes de usarla.

• Para beber, cocinar y preparar la leche en polvo del bebé (cuando no toma pecho), use agua de la cañería fría, porque el calor hace que el agua pueda tener mayor contenido de plomo.

• Averiguar qué hubo antes en el terreno donde está ahora nuestra casa o en el barrio adonde nos mudamos.

El Mercurio

es un metal líquido a la temperatura ambiente. Se usa en termómetros, en algunas pilas y en materiales eléctricos. Si está expuesto al aire (como cuando se rompe un termómetro) puede producir vapores muy tóxicos, que no se ven ni tienen olor. también puede haber mercurio en productos anti-hongos, en desinfectantes y en amalgamas de caries en las muelas.

Cuando el mercurio entra en el cuerpo, lo contamina. Esto puede pasar al respirar o comer (por ejemplo, pescado sacado de agua contaminada con ese metal), o al tocar objetos que puedan contenerlo. Por eso es importante que los chicos no chupen las pilas…

El mercurio en casa

• No deje que los chicos jueguen con el mercurio de un termómetro roto, ni que nadie se acerque al lugar donde se derramó.

• No lo caliente ni lo queme, ni deje que toque la piel o la ropa. ¡nunca arrojamos pilas al fuego!

• Abra las ventanas de la habitación para que entre aire fresco.

• Para pequeños derrames (menos de una cucharada) recójalo con un cuentagotas o con un pedazo de papel o cartón y póngalo en una bolsa de plástico grueso cerrada herméticamente, antes de tirarlo junto con los residuos sólidos.

• No lo eche por el inodoro ni lo barra al desagüe porque va a contaminar el agua que en algún momento alguien puede beber.

• Si tiene un termómetro con mercurio (los tradicionales, de vidrio, con una ampolla plateada en un extremo), úselo y guárdelo con extremo cuidado. Si es posible, intente reemplazarlo por termómetros más modernos que no usan mercurio: los llamados “digitales”.

• Averigüe si en su localidad hay algún lugar de concentración o disposición de pilas usadas.

(Fuente: Cuidado del ambiente en la casa y el barrio. Manual del Promotor Ambiental – Ministerio de Salud de la Nación / Organización Panamericana de la Salud)

By admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *