Desde principios de este año, producto de las decisiones políticas que ha tomado el Municipio de Bahía Blanca desde la Secretaría de Salud, ha dejado de funcionar el Vacunatorio en la Unidad Sanitaria del Barrio Anchorena, uno de los primeros habilitados en la ciudad, donde los vecinos del barrio y de otros barrios solían concurrir a completar el calendario de vacunación.
¿Por qué no informamos antes? Sencillamente porque este tipo de decisiones que toma el Municipio a través de la Secretaría de Salud no han sido comunicadas en tiempo y forma (como correspondería) a la Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento del barrio, lo que nos impide ahorrarle al vecino el enojo por concurrir al “vacunatorio” y enterarse allí que ha dejado de funcionar.
En lo que va del año, a partir de solicitar en el mes de abril las estadísticas de atención respecto a la cantidad de personas del barrio que son atendidas en la Unidad Sanitaria y el listado de profesionales con los días de atención, hemos realizado dos reuniones: una con el Secretario de Salud Pablo Acrogliano; la otra con el Subsecretario de atención de la salud Ezequiel Jouglard. En ellas se plantearon distintos temas respecto de la relación de la Sociedad de Fomento con el Municipio a través de la Unidad Sanitaria. Comenzando el mes de Agosto las estadísticas solicitadas y los listados profesionales no han sido entregados, aunque las autoridades dijeron que no había ningún problema en hacerlo, y el propio Jouglard delante nuestro le solicitó a la Jefa del Área que responda el pedido.
El sentido de nuestros pedidos
¿Por qué solicitamos las estadísticas? Muy sencillo. La infraestructura donde funciona la Unidad Sanitaria como la mayoría del amoblamiento e incluso parte del instrumental es provisto por la Sociedad de Fomento. Esto ha sido posible gracias al trabajo que a lo largo de la historia han realizado las distintas Comisiones Directivas junto al apoyo de los vecinos del barrio que, como contraprestación, hacían uso de los distintos Servicios de Salud junto a vecinos de otros barrios.
En la actualidad, las cuotas societarias y parte importante de los ingresos de las distintas actividades que se realizan en la sede terminan siendo destinadas al mantenimiento de la Unidad Sanitaria sin poder generarse nuevos proyectos, como si las Comisiones Directivas fueran una especie de “cooperadora escolar” de la Secretaría de Salud, recibiendo un magro subsidio con el cual es imposible cubrir los requerimientos del mantenimiento. La situación sería aceptable si los vecinos del barrio, los que aportan dinero, trabajo y los que no están en condiciones económicas de aportar, fueran atendidos en el lugar… por eso precisamos la información ya que, al cambiar la Política de Salud del Municipio, nada es como era y no disponemos de la información necesaria para la toma de decisiones.
La estadística es un dato fundamental para conocer qué parte de todo el esfuerzo que realizamos se vuelca en el barrio. No debemos olvidarnos que cada uno de nosotros aporta con sus impuestos para la atención de la Salud, que el Municipio recibe fondos coparticipables para la atención de la salud, que somos una de las pocas ciudades del país (sino la única) que los ciudadanos pagamos una Tasa Municipal de Salud y por si fuera poco, que los Hospitales Públicos (y por añadidura las Unidades Sanitarias) son prestadoras de las Obras Sociales (lo que quiere decir, que si atienden a un afiliado, la Obra social le abona la atención).
Más allá de que el Subsecretario de Salud nos diga que si a una persona se le niega la atención debe hacer la denuncia a la Subsecretaria de atención de la Salud, los ciudadanos del barrio tenemos claro que en los Hospitales Públicos de la ciudad y en las Unidades Sanitarias si se tiene obra social se indica a las personas que se dirijan a los Hospitales Privados o a los médicos particulares, donde muchas veces terminamos pagando por las distintas prácticas – por supuesto sin entrega de factura – desangrando el magro salario o jubilación mínima de muchos (en un tiempo donde los bajos salarios y la jubilación ubican a un 50 % de la población debajo de la línea de pobreza)… mientras tanto desde la Salud Pública (municipal y provincial) nos dicen “nooo… eso no pasa… atendemos a todos… denuncien”. Este tema no es necesario debatirlo, los comentarios de vecinos y amigos (o la experiencia de cada uno de ustedes) se corrobora rápidamente con las estadísticas de los Hospitales Públicos y las Unidades Sanitarias discriminando la atención entre quienes tienen obra social y quienes no, por ejemplo de los datos públicos del 2019 el Hospital Municipal sólo recibió de las Obras Sociales el 10% del financiamiento, y el Hospital Penna un 13 %, sin existir datos públicos accesibles sobre las Unidades Sanitarias en los documentos consultados.
Políticas de salud
Como Administradores de la Sociedad de Fomento no tenemos incidencia sobre las decisiones que toma el Municipio respecto de la Política de Salud, esto es algo que los socios y vecinos deben tener claro. Nos corresponde velar por los bienes societarios que tantas generaciones han generado y actuar para que su uso no sea contrario a nuestros fines, que se circunscriben en primera instancia a nuestro barrio.
Con el vacunatorio cerrado y sin respuesta a nuestros requerimientos del mes de abril – que no implicaba grandes esfuerzos – informamos a los socios que seguiremos trabajando en función de los Objetivos de la Sociedad de Fomento, insistiendo con la Secretaría de Salud para que se transparenten no solo los datos sino los servicios que se brindan en la Unidad Sanitaria, tratando de construir a la vez soluciones alternativas para la atención con la disposición de trabajar en un marco de respeto mutuo y sobre todo, de transparencia de los actos.